Mateo había colocado su primer diente de leche bajo la almohada. Se le había caído mientras merendaba.
Sin embargo, a la mañana siguiente cuando introdujo su mano bajo la almohada esperando encontrar una moneda, allí estaba el diente otra vez.
¡Nadie se lo había llevado aquella noche!
Debido a las exigencias y a la poca higiene de los niños, el ratón Pérez se niega a seguir recogiendo sus dientes de leche. Mientras tanto, alguien intenta quitarle su puesto de trabajo.
¿Quién se está haciendo pasar por él?
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